Cuando las calles están vacías, las aceras intactas y las cortinas cerradas, la ciudad parece haber perdido la vida. Cuando los negocios cierran, las oficinas se vuelven remotas y la actividad económica decae, los mecanismos que hacen funcionar una ciudad están inactivos. Los espacios y terrenos vacantes a menudo se perciben como "fallidos", lo que refleja el declive urbano y el deterioro económico. El vacío, sin embargo, alberga la esperanza de posibilidades y cambios. Cuando los vacíos urbanos están en la cúspide de la transformación, ¿qué sucede mientras tanto?
Cualquier ciudad es testigo del ciclo constante de desarrollo y desocupación, un fenómeno natural que sigue al avance económico y de infraestructura. Históricamente, los sitios baldíos -abandonados o aún por urbanizar- han sido sede de asignaciones temporales para uso público. Las iniciativas urbanas organizadas por la comunidad fueron iniciadas por activistas para devolver el espacio no utilizado a un uso efectivo.
Los jardines temporales en Londres son un ejemplo de urbanismo de transición guiado por una visión comunitaria de "usar lo que puedas". Después de una larga lucha, se otorgó temporalmente el permiso para usar la tierra como jardín comunitario, ya que el gobierno podría querer usarla en el futuro. Unos 50 años después, los residentes locales continúan manteniendo, protegiendo y disfrutando del jardín, que es poco probable que sea utilizado por el municipio en el corto plazo.
El término "espacios temporales" se refiere a espacios en desuso alquilados o prestados por un período de tiempo determinado por el sector público o por inversionistas a grupos comunitarios locales, organizaciones artísticas, nuevas empresas y organizaciones benéficas. Estas ubicaciones pueden ser tiendas, edificios, espacios abiertos o terrenos baldíos o infrautilizados. Los contratos temporales permiten que grupos comunitarios, pequeñas empresas o personas físicas realicen actividades económicas para generar valor social para el barrio y sus habitantes.
La aparición de espacios infrautilizados aumenta en tiempos de dificultades como las recesiones económicas o, más recientemente, la pandemia de COVID-19. Mientras tanto, en respuesta a la crisis sanitaria, el alquiler temporal de espacios proporcionó usos adaptativos y prácticos. Los hoteles se transformaron rápidamente en centros de llamadas y los espacios públicos se adaptaron para apoyar la actividad social segura y el intercambio de recursos. Incluso después de los momentos de confinamiento, cuando las tiendas, los bancos, los cines y las oficinas comenzaron a funcionar en línea, sus espacios vacíos marcaron los barrios y los centros de las ciudades con falta de actividad pública. Al igual que los jardines temporales, han surgido espacios comunitarios para fortalecer la resiliencia de las organizaciones locales y el espacio público.
La intención detrás de estos espacios es desarrollar ideas innovadoras y empoderar a la comunidad local. A través de intervenciones como áreas de reunión, espacios de aprendizaje y capacitación, tiendas temporales, restaurantes y exhibiciones, las áreas urbanas y sus comunidades son testigos de una transformación positiva. El contrato de arrendamiento puede durar unos días o unos años. El impacto en las localidades puede durar toda la vida.
Explorando el uso a escala, Les Grand Voisins -ubicado en el antiguo Hospital Saint Vincent de Paul en París- se desarrolló como un espacio para que la comunidad se reconectara con la sociedad y el trabajo. El proyecto de uso mixto alberga un espacio alquilado para emprendedores y creativos y un lugar al aire libre reinventado para servir a un programa de actividades artísticas y culturales. Se introdujeron actividades comerciales como restaurantes, tiendas, eventos y sitios para acampar para ayudar a financiar los costos de mantenimiento y administración del proyecto, que ocupó el sitio sin pagar alquiler. El espacio está actualmente cerrado mientras se reanuda la reconstrucción del hospital. La marca Le Grand Voisins permanece tangible en el sitio y puede influir en futuros escenarios urbanos posteriores al desarrollo.
Mientras tanto, los espacios fomentan el espíritu empresarial al disminuir la carga financiera de las comunidades locales. Los espacios asequibles y los términos flexibles permiten que florezcan empresas emergentes diversas y experimentales en la localidad, creando así empleo, actividad pública y servicios que mejoran la cohesión y la resiliencia de la comunidad. Mientras tanto, los espacios promueven la construcción de comunidades inclusivas, mejorando el capital social a través del desarrollo de habilidades locales y mejorando los resultados ambientales para promover la salud y el bienestar. La reactivación de espacios abandonados también ayuda a reducir la expansión urbana y el desarrollo ineficiente.
Además de las comunidades, estos espacios también benefician a inversionistas, propietarios y autoridades. Arrendar espacio para uso temporal reduce la posibilidad de ocupación no autorizada y genera ingresos. El espacio comunitario a corto plazo puede servir como fuente de ingresos para la economía local, mejorando la apariencia del vecindario y atrayendo aún más oportunidades de inversión. Bajo tales acuerdos entre el inquilino y el ocupante temporal, el papeleo y el proyecto comienzan sin problemas, lo que facilita establecer y mantener el éxito.
En su libro "Cities by Design: The Social Life of Urban Form", la socióloga Fran Tonkiss recuerda a los urbanistas que "los contextos urbanos tienden a cambiar más rápidamente que las formas urbanas". En este sentido, estos espacios son una herramienta eficaz para la regeneración urbana, especialmente en tiempos de cambios drásticos. A través de este enfoque, los vacíos espaciales urbanos se activan al reflejar las demandas sociales y las prioridades de las comunidades locales a medida que evolucionan. La temporalidad del uso del espacio proporciona una base segura para probar ideas, generar consenso y apoyar a las comunidades en tiempos de necesidad.
En el futuro, estos espacios inspirarán los esfuerzos de activación urbana con sus capacidades de transición para crear oportunidades de cambio a largo plazo. Inculcan el reconocimiento de que los espacios urbanos deben desarrollarse adecuadamente, respondiendo a las necesidades actuales y apremiantes de la comunidad para construir gradualmente ciudades resilientes.
